Sunday, March 22, 2009

CINEMA NUOVO, LA MIRADA DE GLAUBER ROCHA










Nada más lejos de mi intención corregir la plana a nadie. En todo caso debería de empezar por mí mismo. Me refiero a la poca atención que se le presta, en general, al cine de otras latitudes y a movimientos, que en su día tuvieron gran importancia y hoy languidecen en el olvido más lamentable.

En los últimos años sesenta y primeros setenta se forjó un movimiento cinematográfico de alto contenido político y estética de rasgos fuertes con añadidos místicos y folklóricos. Aquel movimiento artístico cinematográfico se llamó "Cinema Novo" y el más alto representante de dicho movimiento fué un joven brasileño llamado Glauber Rocha.

Cuando el 22 de Agosto de 1981 se produce la muerte del cineasta, que solo contaba 43 años de edad, el funeral en Río de Janeiro solo fué comparable al famoso carnaval. Centenares de personas salieron al paso del féretro y en un acto catártico comenzaron a bailar y a cantar en el parque Lage de la ciudad brasileña. Millares y millares de brasileños mezclaban alegría y tristeza en un acto digno de una de las películas del joven realizador.

El autor de "Antonio das Mortes", "Deus e o Diabo na Terra do Sol" o "Cabezas Cortadas" fué uno de los cineastas que más atrajeron a los jóvenes de los setenta y se dedicaban no pocas tertulias a la finalización de sus películas. Confieso que mi ideología política por aquellos años tuvo no poco que ver con este director cinematográfico, cuyo nombre no acertaba a colocar en brasilero. En realidad Glauber fue un cierto capricho de la madre del autor, Doña Lucía, quien tomó el nombre prestado de Johann Rudolf Glauber, descubridor alemán del Sulfato de Sodio.

La madre de Glauber fué una influencia decisiva en los primeros años del joven realizador. Lucía Mendez de Andrade Rocha se encarga de alfabetizar al niño mucho antes de entrar en la escuela. De férrea disciplina protestante, se convierte en cabeza virtual de la familia a causa de un accidente padecido por su marido.

Con sólo 16 años Glauber empieza a frecuentar un cine club donde se empapa de Eisenstein, Poudvkin y Vertov en la vertiente rusa. Naturalmente Ford, Vidor y Griffith le muestran la otra cara del cine. El joven no se contenta sólo con devorar cine, sino que intenta ahondar en la teoría, así pues consume los textos teóricos de Bazin, Koulechov y Bela Balasz, entre otros.

Su entrada en la universidad en 1957 (En Salvador, donde se había trasladado su familia) no supone estímulo alguno para Glauber. De hecho no termina los estudios. Pero por contrapartida hace numerosos amigos aficionados al teatro y al cine. También conoce por aquella época a Helena Ignes, con la que se casa. El matrimonio no le impide ejercer una actividad política literaria a través del diario de izquierdas "O Momento" y en las revistas culturales "Mapa" y "Angulos".

Su entrada en el mundo del cine se produce con "Barravento"(1960). En esta "opera prima" Glauber vuelca su mirada hacia una comunidad de pescadores, resignada a trabajar en las peores condiciones, ofuscada por viejas supersticiones místicas e incapaz de seguir a un lider de su propia extracción social para superar sus propias miserias. Esta película le vale el primer premio de su carrera en el festival de Karlovy Vary (Checoeslovaquia) en 1962. Ese mismo año y en ese mismo festival Pier Paolo Pasolini se alzaba con el primer premio por "Desajuste Social".
A partir de aquí, el inquieto realizador viaje por todo el mundo, especialmente Europa donde se codea con todo el vanguardismo teórico de la intelectualidad. Con la película "Deus e o Diabo na Terra do Sol" Glauber Rocha se consagra internacionalmente.
En 1969 gana el premio de dirección en Cannes con "O Dragao da maldade contra o santo guerreiro" más conocida por ´"Antonio das Mortes". Antonioni se convierte en su amigo y Cahiers do Cinema" se rinde al realizador brasilero con una entrevista que ha pasado a los anales.

Naturalmente el movimiento "Cinema Nuovo" está en el punto de mira de la dictadura brasilera. Obviamente, Rocha está fichado por los militares fascistas. Al realizador se le plantean dos caminos: trabajar en su querido país bordeando a la fuerte censura con metáforas o salir por patas y trabajar con toda libertad en otros países. Glauber opta por este último extremo. Filma "El dragón de las siete cabezas" en un país tan bizarro como El Congo. En 1970 rueda en España "Cabezas Cortadas" con Paco Rabal como protagonista. En esta película, de corte absolutamente subrealista, pretende ensanchar su visión de la cultura latina. El film no logra emocionar a nadie. A partir de ahora Glauber Rocha parece perder el norte. Su deambular por Europa, Africa y Latinoamerica lo descolocan y todos aquellos que le auparon le vuelven la espalda

En 1980, casi perdido todo su prestigio en Europa realiza un montaje de seis horas de "A idade da terra", que al final reduce a dos horas cuarenta minutos. Presentado en el festival de Venecia resulta un fiasco. El público abandona la sala antes de su finalización y la crítica lo vapulea. En la ceremonia de entrega de los leones se arma un rifirrafe colosal en el que se intercambian lindezas como "fascista" y "vendido a los militares".
Su cabreo con los cineastas europeos llega al colmo despachándose con Godard y con Pasolini y tras el ajuste de cuentas con la revista "Cahiers du Cinema" vuelve despechado a su tierra de origen, pero en estado crítico de salud. Casi recien salido del avión no tiene más remedio que ingresar en la clínica Bambina en Rio de Janeiro. Eso ocurría el 20 de agosto. Dos días despues, a las cuatro de la madrugada Glauber Rocha muere de un paro cardíaco.
El dicho de que nadie es profeta en su tierra, no se cumplió con el director brasilero. Como apunté al principio, miles de personas acompañaron el cortejo fúnebre por la calles de la ciudad. Muchos lamentaban a gritos que se había cometido un crimen cultural.

¿Genio, buen director, bluf cultural?.....Eso solo puede ser respondido de forma individual previa visualización de su obra. Lo que nadie puede negarle es que Glauber Rocha fue el más encendido transmisor de la cultura brasilera en todo el mundo. Creador de un movimiento, que ha pasado a los anales de la Historia del Cine. En palabras suyas: "El Cinema Novo ha apoyado a la utopía brasiñeña. Si es feo, irregular, sucio, confuso y caótico, es al mismo tiempo, bello, brillante y revolucionario.

4 comments:

Manuel Márquez said...

Me temo, compa Antonio, que soy uno más, de tantísimos, que desconoce absolutamente la obra de Rocha, a pesar de ser uno de esos nombres de referencia en cualquier catálogo cinéfilo que se precie. Será cuestión de ir buscando material, e intentar remediar tamaña carencia; más aún después de leer una recensión de su vida y obra tan magnífica como la que plasmas en tu reseña.

Un fuerte abrazo y buena semana.

Josep said...

Recuerdo haber visto hace la tira Cabezas Cortadas y, francamente, no me gustó nada: me pareció la típica película con contenido político interesante pero aburrida formalmente.

De hecho, tan sólo esa sensación me queda de ella.

Tu comentario, tan bien documentado como acostumbras, me parece más interesante.

Un abrazo.

ANRO said...

Gracias Manolo, el desconocimiento de muchos realizadores y cinematografías fuera de los ámbitos del omnipresente cine de los USA es algo frecuente. No entiendo por qué hace algunos años nos llegaban pelis de todo el mundo y hoy si llega alguna tiene que estar avalada por una serie de parámetros comerciales. Creo que cuanto más amplia sea nuestra vision del pensar y sentir de otras latitudes, en cuanto a cine se refiere, tendremos otra aptitud más crítica como espectadores.
Un abrazote

ANRO said...

No es extraño que "Cabezas Cortadas" te pareciera aburrida, Josep, realmente lo era. Todo lo que se refiere a Glauber Rocha hay que tomarlo en el sentido en cómo y por qué nació su movimiento. Puede ser una labor arqueológica, pero para cualquier interesado en la Historia del Cine, tanto el Cinema Nuovo, como el Neorrealismo, el Movimiento Setentero, el Expresionismo Alemán etc. etc. es necesario conocerlos y ubicarlos en su justo lugar.
Un abrazote.