Monday, May 12, 2008

HILDY CARGO SU FUSIL


Tanto la versión de Hawks como la de Wilder de "The Front Page" han quedado para los anales como dos magníficas versiones del mismo tema. Sin embargo Wilder lo tuvo más fácil a la hora de elaborar el guión. La censura no era la losa que pesaba en los cuarenta y así el vienés pudo incidir en el cínico carácter de Walter colocando en su boca todo el veneno que requería el personaje. Matthau, con su inolvidable interpretación, contribuyó al acabado perfecto. Por ejemplo, cuando Jack Lemmon le anuncia a Matthau que deja el periodismo para casarse, éste le dice: "Ah ya, otra de tus guarras, ¿ igual que la tipa del Hotsy Totsy Club? a lo que Lemmon contesta: "No te enteras. Esta es una dama con clase- de Filadelfia- estudió para ser una concertista de piano....actualmente es viuda. Su marido se estrelló en un Packard de paquete, solamente había conducido 18 millas.....así que ahora se mantiene por sí misma. ...toca el órgano en el Teatro Balaban and Katz" a lo que Matthau responde " ¡Por Dios, Hildy, eres un periodista, no un maricón que escribe poesía sobre sostenes y laxantes.¡...solo los maricas se dedican a la publicidad." o cuando presenta a Matthau gritando por teléfono: "¡Ese bastardo hijo de puta¡ ¿pero quién diablos se ha figurado que es? ...Escuche, en cuanto asome por ahí ese malnacido de Hildy, ¡querrá hacer el favor de decirle que traiga su culo mandando leches para aquí?.

Hawks tuvo que ser más comedido, lo que no restó en absoluto mala baba a todas y cada una de las escenas de "His Firl Friday".
Las próximas escenas se desarrollan en la Sala de Prensa del Palacio de Justicia. Decorados sobrios que gracias a la artera paletada de Hawks se convierten en frescos absolutamente magníficos.

CONTINUA LA ACCION
Tras darse cuenta de la jugada de Walter, Hildy entra en la Sala de Prensa con la firme convicción de que la pipa de la paz con su ex-jefe y ex-marido se ha roto para siempre. Cualquier arreglo ya no es posible, o al menos eso es lo que Hildy cree.
El cabreo de ella es tan sideral que cuando agarra el teléfono, su furia se derrama a través de los hilos telefónico, amenazando con fundirlos.

- ¿Sabes lo que te digo, pedazo de cabeza cruzada de chimpancé?...que ya no hay entrevista y que ya no hay historia alguna¡...El cheque certificado se irá conmigo en veinte minutos. ¡Te aseguro que si Roma se incendiara para mí, no movería un dedo para cubrir la noticia para tí. Y si alguna vez vuelveo a mirarte a la cara me andaré bien lista para arrearte en tu cabeza de mono hasta que suene igual que un gong chino¡

Ante el asombro de la concurrencia. Hildy, sin soltar el teléfono, se dirige a su máquina de escribir y de un tirón saca la cuartilla donde ha escrito el artículo y la rompe delante del micro del teléfono.

- ¿Has oído eso, Walter? Eso era la historia que escribí. Sí, sí, ya se que había hecho un trato, por eso te digo que la había escrito....ahora, esa historia, es un montón de pedacitos, Walter, y eso mismo me gustaría hacer contigo.

El nerviosismo y la rabia que le embargan es tan fuerte que no acierta a colocarse el sombrero en su forma correcta, tras pensar, dislocadamente, que lo ha perdido. En mitad de esta crisis de paranoia vuelve a sonar el teléfono. Hildy da un tirón violento al cordón para desconectar. El acto es simbólico. En realidad, ella no quiere soltar el cordon umbilical que le une a su profesión y a Walter.

La accion se interrumpe y se centra ahora en la entrevista que mantiene el psiquiatra, Profesor Egelhofer, con Earl Williams en el despacho del Sherift Hartwell.
El profesor es un hombre pretencioso que se cree una figura de la profesión. El y Hartwell dialogan mientras Earl está sentado sin que ellos le presten la más mínima atención. El psiquiatra habla de dar una conferencia de prensa para explicar todos los detalles técnicos del caso. El Sheriff no está muy de acuerdo pero al final accede. Incluso le propone al psiquiatra hacerse unas fotos juntos. A todo esto Earl, sentado , y como si no fuera con él la cosa, mueve la cabeza desaprobando la frívola conversación de dos personas, supuestamente normales, y alega que está terriblemente cansado. Los dos personajes vuelven la atención sobre el condenado. El psiquiatra le dice al sheriff que apague las luces porque va a hacer un experimento. Con un foco ilumina la cara de Earl W. al tiempo que le dice que va a ser ejecutado.

La acción se interrumpe en este punto y vuelve a la sala de prensa, donde Hildy, ya más relajada se dispone a reunirse, supuestamente para siempre, con su prometido. Ella lanza su discurso de despedida en la puerta de la sala. "La próxima vez que me veais será conduciendo un Rolls Royce para que me entrevisteis. ¡En fin, esclavos de los sueños, ahí os dejo con mi adios. Cuando escapeis por las escalerillas de incendios, cuando os den con la puerta en las narices o cuando tengais que comeros un sandwich el día de Navidad, no os olvideis de vuestra colega Hildy Johnson¡ (con gesto teatral) Y cuando esteis amargados, hundidos......"

En ese momento el discurso de Hildy es interrumpido por una ráfaga de disparos. Todos acuden inmediatamente a la ventana. Las sirenas suenan y las luces rasguean la oscuridad. Hay momentos de confusión. Incluso una ráfaga de metralla se estrella sobre la ventana dónde están todos asomados. A la pregunta de quién se ha fugado, alguien dice que Earl Williams. Inmediatamente todos los periodistas salen de estampida. Hay una rápida sucesión de primeros planos de periodistas llamando a sus respectivas redacciones. En principio Hildy permanece indecisa, pero su duda es cosa de segundos. Inmediatamente corre al teléfono y pide que le comuniquen con Walter. Se despoja del abrigo y olvidando todo lo dicho anteriormente le dice (y es la periodista quien habla) que William se ha fugado, que no se preocupe, y que ella se encarga de la noticia.
La confusión es tremenda en el exterior. Coches, motos, luces, agentes con pistolas.....todos en violenta confusión en medio de la noche. Hildy corre como una loca esquivando todos los obstáculos y logra pillar a Cooley tras una espectacular persecución.
Vemos una toma de la sala de prensa desierta. La cámara da un barrido mientras los teléfonos suenan todos al mismo tiempo como una loca sinfonía. Endicott entra precipitamente y coge uno de los aparatos y da cuenta de la fuga de Earl y de lo que posiblemente pasó en el despacho del Sheriff. Da cuenta de que la Comisión para el Crimen ofrece diez mil dólares por la captura de Williams.
Otro periodista cuenta la peregrina historia de una bomba de gases lacrimógenos que ha estallado y da una lista de personas heridas, todas emparentadas con el Sheriff.
Otro da una respuesta aun más retorcida sobre la fuga de Williams: "El Sheriff le dejó escapar para que votara por él".
Al tiempo que los otros dos periodistas salen, llega Hildy toda desesperada para coger el teléfono. Espera a que la sala se despeje totalmente cierra cautelosamente la puerta y pide que le pongan con Walter.
- Walter, escucha. Yo tengo toda la historia sobre la fuga de Williams, y es una exclusiva..(habla con entusiasmo) si...sí la historia completa, pero me ha costado 450 dólares para poder sacársela a Cooley. (Desde el otro lado de la línea Walter se interesa) . Se los tuve que dar al tipo. Era todo el dinero que llevaba encima y no era mío. Era de Bruce y necesito que me lo devuelvas. (Walter se queda sorprendido, pero le promete que le dará ese dinero de inmediato "lo juro por la memoria de mi madre" dice. Ella asiente satisfecha, pero inmediatamente se da cuenta) Espera un minuto, ¡tu madre está viva¡
- Es igual..lo juro por la memoria de mi abuela. No seas desconfiada ¿cual es la historia?- responde Walter impasible y cínico.

- Vale. Aquí está tu historia. Parece ser que el doctor Egelhoffer le estaba haciendo a William un test en la oficina del Sheriff, para demostrar que el tipo estaba totalmente normal. Bien, el gran pensador decidió reconstruir el crimen exactamente como ocurrió con el fin de estudiar el poder de coordinación del individuo. Naturalmente el psicoanalista necesitaba una pistola para recrear con exactitud la escena. ¿Y quién supones que aportó el arma para la reconstrucción? Peter B. Hartwell, "B" for brains (Peter B. Hartwell, el cerebrito)...Bueno, el Sehriff le dió la pistola al profesor y el Profesor a Earl, y Earl le disparó a Egelhoffer y éste naturalmente acabó en el hospital.

Walter se frota las manos y nota, con satisfacción diabólica, que Hildy está lista para el caldo. Cuando Hildy le dice que Bruce la está esperando para salir en el próximo tren, Walter ve la puerta por donde atacar. Cierra un momento el auricular del teléfono y se vuelve. Allí está Louie y su chica, una rubia despampanante llamada "Benji" . Walter le dice que a la puerta del Edificio de Justicia hay esperando un tipo en un taxi
- ¿Y cómo lo conoceré?- dice ella.
- El tipo se parece a...uh, ese fulano de las películas..¿tú sabes?, uh Ralph Bellamy (Este diálogo fue una broma del propio Cary Grant hacia su compañero Ralph Bellamy. A Howard Hawks le hizo tanta gracia que la dejó en el montaje.
- Ah sí.
- ¿Podrás hacerte con él?- le pregunta Walter. A lo que ella contesta
- ¿Acaso te he fallado alguna vez?

Walter vuelve nuevamente a coger el teléfono y le pregunta a Hildy que cuanto dinero tiene que mandarle. Ella le repite que 450 dólares. Walter, tapando el micro se vuelve a Louie.
- Louie necesito urgentemente 450 dólares falsos.
- Eso es demasiado jefe.
- Vamos Louie, son solo 450 pavos
- OK jefe los llevo encima.
- Qué coincidencia, llévaselos a Hildy.

Con toda la cara dura vuelve a retomar el auricular y sigue hablando con Hildy
- Te envío el dinero con Louie, Hildy. Gracias por la historia. Eres estupenda. Ah y que paseis una feliz luna de miel (hay un sarcasmo en sus palabras que no pasa desapercibido para Hildy)

Hildy cuelga el dinero aparentemente satisfecha con la promesa de Walter. En ese momento entra el periodista McCue, que cuenta a su jefe, por teléfono la historia de que los polis han cogido a una señora negra por la calle , Mrs Phoebe DeWolfe. De pronto esta señora no se le ocurre otra cosa sino soltar aguas. Los polis han tenido que actuar de comadronas. Acaba su historia con el siguiente comentario
- Cuando el niño nació, los polis lo chequearon...solo para comprobar si era Williams. Los polis tienen que meter sus narices en todas partes....no , no naturalmente no era Williams.

Vuelve a sonar el teléfono. Bruce llama a Hildy desde una comisaría de polícía. Ha vuelto a ser detenido. El muchacho está absolutamente confundido, porque le acusan nada más y nada menos de abusos sexuales.
- Yo estaba sentado en el taxi- explica a Hildy- como tú me dejaste. De repente una chica me llamó para decirme algo...yo abrí la puerta y ella se desmayó encima de mí... Sí...si ella es rubia..muy rubia.

Al otro lado del teléfono Hildy sabe quién está detrás de esa trama "sexual", pero su intento de comunicarse con Walter es inútil, porque el otro ha olido la mierda que se le viene encima. Hildy le dice a Bruce que espere y que no se preocupe, porque ahora no puede hacer nada. Le promete que en veinte minutos irá a rescatarle.

El alcalde entra en escena y todos los periodistas se abalanzan sobre él con un tableteo de preguntas. El Primer Edil se refugia en excusas y se niega a hacer declaración alguna sobre el suceso. Uno le pregunta sobre cómo se fugó Earl, otro cómo Williams se hizo con el revólver. Uno más osado le pregunta cómo va a repercutir el hecho en las próximas elecciones. El alcalde responde a esto con una plúmbea exposición que concluye que los "dignos ciudadanos de esta ciudad no tendrán en cuenta , a la hora de votar, este lamentable suceso".
Los muchachos de la prensa reciben este discurso con abucheos, porque lo que predica el Alcalde suena más falso que Judas.
A bocajarro uno de ellos pregunta
- Alcalde ¿existe o no existe la amenaza roja?
Esta pregunta da pie a una metralla de interrogantes del cariz más insólito.
- ¿Es verdad esa historia que corre de que usted está en la nómina de Stalin?
- Un senador dice que usted duerme con un pijama rojo....

El Sheriff llega a escena salvando al Alcalde de la batería de preguntas. Ante el anuncio de que Williams está acorralado la caterva periodística sale de estampida.

El Alcalde, enfadado por la torpeza del Sheriff, le dice a éste que no espere estar en su lista, por la incompetencia que ha demostrado. En ese momento llega un mensajero del Gobernador con una orden para suspender la ejecución de Williams. La noticia deja a ambos asombrados. El Alcalde le dice al mensajero que dónde se encuentra el gobernador para telefonearle.
El pobre hombre (gordo y de entendederas débiles) le dice que el gobernador está cazando patos.
- Un tipo que no hace nada durante cuarenta años , cuando sale elegido como Gobernador se cree Tarzán de los monos- dice el alcalde fuera de sí.
En ese momento se recibe una llamada. Parece ser que Williams está acorralado. Ambos políticos tratan de engatusar al mensajero, llamado Pettibone, para que diga que no ha podido entregar el mensaje. El alcalde se vale de mil estratagemas para que Pettibone acepte llevarse el mensaje. Al final lo logra y lanza la orden de que se tire a matar sobre Williams, y el que lo consiga ganará una recompensa de 500 dólares.

Volvemos a la sala de prensa. Diamond Louie llega para entregarle el dinero a Hildy. Ella se lanza sobre él insultàndole e insultando igualmente a la rubia que ha enredado a Bruce. Louie se defiende y Hildy no carga sus tintas. Se limita a pedirle el dinero y la cartera que en otra ocasión Diamond le merendó a Bruce. Hildy le dice que su labor no ha terminado llevando el dinero, le exige que le acompañe a la comisaría para explicar todo lo que ha ocurrido. Louie, espantado por el panorama, huye por patas. Hildy se queda sola en la sala de prensa.
Entonces ocurre lo inesperado.

2 comments:

Josep said...

Je. je... a ver, espera un momento...

glub... (¡coño! cada vez que me pongo a leer tus artículos el hielo se deshace y me deja el cardhu aguadísimo...)

Si tuviera que elegir, me quedaría con esta versión, sin dudarlo. Hildy es todo un personaje, una mujer con carácter.

Un acierto de Hawks el cambio de sexo. Y esos secundarios son todos brillantes muy bien tallados por Hawks.

¡Una delicia!

Un abrazo.

Anonymous said...

Mejor que el cardhu está el ron canario...uhhh, una delicia, y si lo tomas con hierbahuerto picado y zumo de limon, en plan mojito, eso ya no tiene comparación alguna.
Pues amigo Josep, voy a cerrar el quiosco ya mismo, un par de post. y.... closed for a marvelous trip¡.. I hope¡
Un abrazote.