Thursday, March 1, 2007

KEN RUSSEL VERSUS MAHLER

No me aparto del tema cinematográfico si me detengo a comentar la suprema experiencia de escuchar en vivo y en directo a la Berliner Philarmoniker dirigida por Sir Simon Rattle, con la guinda añadida del Orfeón Donostiarra, interpretando la Segunda Sinfonía de Mahler "Resurrección"...¿Y por qué mezclo este goce de sentidos con el entramado cinematográfico?.....

Bien, hace una infinidad de años, cuando mis pies deambulaban por las calles londinensas y mi hogar se encontraba en el numero 39 de Taybridge Road, descubrí para mi asombro (naturalmente yo era un dechado de ingenuidad), al entonces icono de la modernidad londinense Ken Russell (hoy merecidamente en el olvido).

Este buen señor se dedicaba a biografiar a genios musicales para la BBC. Más tarde saltó a la gran pantalla con una adaptación de la novela de D.H.Lawrence "Women y love", que se convirtió en un hito cultural para los progres. Hacia el 71 media Europa se escandalizaba con "The Devils" . A partir de entonces el Sr. Russell se desmelenó por completo con Chaikovski, Liz y Mahler, a los que dedicó sendas películas.

El bodrio músico biográfico de "Mahler" me conmovió en su día (seguía en mi inocencia) y ahí llego al punto de unión entre cine y música.

Russell empleaba los primeros movimientos de la sinfonía "Resurrección" en las impactantes imágenes de entrada de esta película. Aquel descubrimiento musical se convirtió en una adoración sin límites. Lo primero que hice, días despues, cuando cobré mi sueldo de aspirante a chef fue comprarme una lujosa caja de vinilos, que contenía las diez sinfonías del músico vienés, dirigidas por Bernard Haitkins.

Ni que decir tiene que escuché cada disco docenas , por no decir cientos de veces. Naturalmente hoy conservo ese estuche como oro en paño. Las sinfonías las sigo escuchando en CDs.

Volviendo al tema inicial, no exagero lo más mínimo, diciendo que gocé momentos de verdadero éxtasis en el Auditorio Alfredo Kraus este 27 de Febrero. Pero el momento cumbre fué cuando el coro, en este caso el Orfeón Donostiarra, canta "¡Resucitareis, sí resucitareis cenizas mías, tras breve reposo! Vida inmortal te concederá aquel que te ha llamado . ¡Para florecer fuiste sembrado!

El señor Russell me hizo un gran favor. Allí en el entonces Leiscester Theatre de Londres descubrí a este genio de la música de nuestro tiempo, cuya atormentada vida merecía otro más digno narrador.


1 comment:

mario candia said...

el hombre es escencialmente bueno por naturaleza , el amor es mas fuerte , la caridad , la compasion son sentimientos puestos en el hombre por algo superior a nosotros, y que en ciertos momentos de nuestra vida nos hacen conmover y replantearnos si lo que hemos echo o hacemos esta bien, si daña a otro o no, esto se despierta en los momentos inesperados incluso en la soledad de la vida como ocurre en la pelicula, tenia que ser asi solo asi, es el plan del dios. esta pelicula es extraordinaria, es alucinante su sencillez y calidez, su formada de desarrollar un tema conflictivo y no menos doloroso deber como se coharta la libertad humana y a que precio sin embargo la camara ,la luz, las sombras, los OJOS DE LOS ACTORES HABLAN POR SI SOLOS Y EXPRESAN LA LIBERTAD DEL HOMBRE ESA ANSIA DE LIBERTAD QUE NO SE PUEDE COMPRAR ESA LIBERTAD QUE GERMINA, ESO NO SE VENDE, Y ESO SE PLASMA EN LA PELICULA.
Los alemanes han alcanzado un nivel en su cine insospechado , nos han sorprendido a todos, nos han dejado boquiabertos, si nosotros los americanos pensabamos que estos eran frios, nos han demostrado lo contrario, la calidad del su teatro, es sencillamente superior a la de muchos paises de europa, no se, en teatro clasici y experimental se han superado asi mismo, hay algo que elllos que nosotros tenemos que escuchar y que nos estan diciendo hace rato, es solo que escuchemos y aprendamos a escuchar, es una extraordinaria pelicula, mi moraleja sencilla y humilde por que esta pelicula es un cuento un hermoso cuento que no quisiera terminar de ver y escuchar que cuando finaliza te hace sentir solo por unos segundos y necesitas el abrazo generoso de alguien para volover a la realidad te hace catarsis y te enseña que os regimenes que te quitan tu libertad son abominables